Cuando José Eduardo Escobar, estudiante de Zootecnia de la facultad de Ciencias Agracias de la Universidad Nacional de Colombia (UN), sede Medellín, pensó en reinventar para renovar se le vino a la cabeza la combinación de un producto lácteo con una fruta que fuera exótica, rica en nutrientes y que tuviera poco consumo en el país, para así poder potenciar su comercio. También le rondaba la idea de inventar un alimento funcional que nutra, ayude a la prevención de enfermedades que deterioran la calidad de vida y que sea una buena opción para las personas que están cansadas de las preparaciones tradicionales.
Después de investigar determinó que el queso crema se ha convertido en un ingrediente importante en varias recetas, por ello era el indicado en la cuota láctea. También tomó el chontaduro como la opción de fruta luego de ver la cantidad de propiedades, nutrientes y beneficios que posee para la salud humana.
La idea del producto nace en la cocina de un apartamento, pues se plantea una preparación cuyo resultado sea un producto natural, casero, sin conservantes ni procedimientos difíciles y en la que no se utilicen equipos especializados en su fabricación.
Así, se dispuso a hacer cuatro ensayos que incluyeron diferentes porcentajes de adición de chontaduro: 5, 8, 15, 25 y 35 %.
Con el fin de conocer la aprobación del producto se hizo una prueba sensorial con 30 personas de edades entre 16 y 28 años, quienes opinaron acerca del sabor, la textura y el color.
Los consumidores aprobaron la muestra a la que se le adicionó el 15 % de chontaduro. “A medida que aumentaba la cantidad de esta fruta la gente decía que se notaba un sabor extravagante en el queso crema y lo que se buscaba era que esta aportara sabor y funcionalidad”, afirma el investigador.
En relación con la muestra que presentaba menor porcentaje de chontaduro (5%), los consumidores manifestaron que su sabor se opacaba por el queso crema. Esta última matriz también fue preparada como parte del estudio, dado que el propósito fue no usar un producto industrial como base.
Para el procesamiento, el chontaduro se cocinó con un poco de panela, se le retiró la semilla, se molió, se adicionó como harina en los porcentajes estipulados, y por último se refrigeró.
El creador de esta nueva fórmula señala que es importante transformar los productos, dadas las necesidades y los patrones de consumo de la población: “se puede reinventar y, por qué no, atraer a nuevos consumidores”.
En su opinión, “estamos en un mercado muy cambiante, los patrones de consumo de muchos alimentos tienen que ver con la moda; también se trata de consumir aquellos que nos proporcionen beneficios a la salud y que tengan buen potencial”. Por ello tiene en mente otras propuestas, que involucran difrentes matrices lácteas y otros ingredientes con el objetivo de reinventar para innovar.
Para José Eduardo la falta de recursos de los emprendedores es lo más difícil que tienen que sortear. Este producto y los venideros tienen potencial y encajan perfectamente en el gusto actual de los consumidores que buscan el balanceo entre lo nutritivo y lo beneficioso para la salud, por ello toca puertas y busca inversionistas que le permitan sacar al mercado este producto y, así, ampliar el consumo de esta fruta del pacífico colombiano a nivel nacional.
Por ahora, se está comercializando entre amigos y familiares, pero se espera que muy pronto esté en las tiendas y supermercados.
Nutritivo y exótico
Al chontaduro se le atribuyen propiedades nutricionales como las del huevo, es considerado exótico y resulta un alimento esencial en el Pacífico colombiano.
Según datos de la Red de Información y Comunicación del Sector Agropecuario Colombiano (Agronet) la producción total de chontaduro en el país en 2016 fue de 37.673 toneladas.
Los departamentos en los que se registra mayor producción del fruto fresco fueron Cauca, con 17.943 toneladas; Putumayo, con 8.690; Valle del Cauca, con 6.651; Caquetá, con 1.470 y Guaviare, con 1.240.
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