Dentro de los 74 ecosistemas naturales reconocidos por el Sistema Colombiano de Información para la Biodiversidad (SIB), existen 26.000 especies de plantas silvestres que ubican al país en el segundo lugar a nivel mundial en diversidad de flora.
Entre estos ecosistemas, los páramos son estratégicos por tratarse de hábitats andinos de gran altitud que aportan a la regulación hídrica y hospedan flora variada y especializada. Sin embargo, estos enfrentan los embates del cambio climático, la agricultura, la minería y otras actividades humanas.
Ante tales escenarios, y dado que el 19 % del área total de los ecosistemas de alta montaña del país están en Boyacá, este departamento fue elegido como zona geográfica piloto para la recolección, conservación y evaluación de semillas de flora silvestre.
Entre la colección de semillas de plantas nativas de Boyacá fueron incluidas varias especies del género Espeletia, más conocidos como frailejones, parte importante de la vegetación que caracteriza el paisaje de los páramos.
Durante ocho meses, científicos del Jardín Botánico de Kew, la Universidad Pedagógica de Tunja y el Instituto Humboldt unidos a voluntarios de distintas entidades nacionales se formaron en procedimientos de conservación de semillas, desde recolección y procesamiento hasta el almacenamiento a largo plazo, con énfasis en técnicas para maximizar la variabilidad genética y asegurar su conservación tanto como sea posible.
Hasta el momento, las hipótesis investigativas indican que cerca del 80 % de las plantas en el planeta tienen semillas que toleran procesos de secado y almacenamiento, lo cual hace viable los bancos de este tipo como estrategias de conservación segura a largo plazo.
Si bien las iniciativas globales más destacadas solo estaban enfocadas en la conservación de semillas de plantas cultivadas, ahora se cuenta con estos reservorios de especies silvestres donde el más importante es el Banco de Semillas del Milenio, del Real Jardín Botánico de Kew, del cual forma parte la iniciativa puesta en marcha en Boyacá.
En el caso colombiano no existía un banco de semillas nacional o regional para que las plantas silvestres se conservaran por fuera de su hábitat, preservando así la diversidad genética de las especies prioritarias amenazadas, endémicas y útiles.
Así pues, con esta colección de semillas se espera apoyar futuros proyectos de restauración ecológica, conservación de plantas y de reintroducción y recuperación de poblaciones de especies amenazadas.
Desde ahora, este ejercicio se proyecta como la cuota inicial del que será un gran banco nacional de semillas de plantas silvestres que fortalecerá la capacidad de Colombia para recolectar, evaluar y explotar, de forma legítima, sus recursos fitogenéticos y gestionar de manera sostenible su diversidad biológica.
Otros Datos
– El banco se desarrolla partir de 50 plantas silvestres de ecosistemas de los páramos boyacenses La Rusia, El Valle y Ocetá.
– Esta colección forma parte del muestrario nacional, custodiado por el Instituto Humboldt en Villa de Leyva, e internacional que espera reunir semillas del 25 % de las plantas del mundo para el 2020, proyecto liderado por el Jardín Botánico de Kew.
– La iniciativa, que hace parte de los proyectos Colombia Bio de Colciencias, ideada por el Real Jardín Botánico de Kew espera establecer planes a largo plazo para la conservación y el uso sostenible del capital natural como apoyo al desarrollo de la bioeconomía de nuestro país.